Lamento por las chicas alegres
1
Aunque haya memos que al burdel
le llamen casa de placer,
no lo es para las que trabajan,
¡palabra!, ¡palabra!,
no lo es para las que trabajan.
2
Como ellas se ofrecen de pie
o bien desgastando el pavés,
la pantorrilla se les cansa,
¡palabra!, ¡palabra!,
la pantorrilla se les cansa.
3
Los callos las hacen sufrir
y es un suplicio andar así,
con esos tacones que gastan,
¡palabra!, ¡palabra!,
con esos tacones que gastan.
4
Hay ciertos clientes que jamás
se dan un agua, huelen mal,
y deben besarlos con ganas,
¡palabra!, ¡palabra!,
y deben besarlos con ganas.
5
Y luego hay que sobarlos bien
para hacer que prueben la miel.
El sueldo, bien que se lo ganan,
¡palabra!, ¡palabra!,
el sueldo, bien que se lo ganan.
6
Se las insulta sin piedad,
sufren maltrato y, además,
se exponen a cientos de plagas,
¡palabra!, ¡palabra!,
se exponen a cientos de plagas.
7
Aunque se dejan pretender
y son maestras del querer,
lo cierto es que nunca se casan,
¡palabra!, ¡palabra!,
lo cierto es que nunca se casan.