Escándalo en la sacristía


1
Escándalo en la sacristía,
el pontífice, los obispos,
los abades, los arzobispos
nos la han jugado, ¡madre mía!

¡Por Dios!, qué poco discurren
estos curitas gilís,
sin el latín, sin el latín,
la misa nos aburre.

En las fiestas, la liturgia
pierde la pompa, el postín;
sin el latín, sin el latín,
ya no hay magia, ¡qué murga!

El rito que nos conmueve
se vuelve, al punto, pueril,
sin el latín, sin el latín,
la grey se desentiende.

Oh, Virgen Santa, María,
diles a esos putos mi-
nistros cómo nos fastidian
sin el latín.

2
No soy el único yo, desde
que estas reglas nos tiranizan,
que no acude nunca a la misa
dominical, salvo si llueve.

¡Por Dios!, qué poco discurren…

Al renunciar al misterio,
ya se pueden despedir,
sin el latín, sin el latín,
de ofrendas en dinero.

Acólitos, monaguillos
y el sacristán en abril,
sin el latín, sin el latín,
harán todos novillos,

Oh, Virgen Santa, María,…

Cónclave en la Capilla Sixtina

3
Esos rabiosos pajarracos,
esos cuervos cortan y horadan
con sus picos la buena rama
de la cruz donde están posados.

¡Por Dios!, qué poco discurren…

Se vuelve agua de borrajas
el mismo vino, ¡jolín!,
sin el latín, sin el latín,
flaquea su eficacia.

En Lourdes, Sète o Tres Cantos,
como en Roma o en Dublín,
el capellán, sin el latín,
ha perdido su encanto.

Oh, Virgen Santa, María,…(bis)

Misa tridentina

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